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Casa Lechosa es el resultado de un encargo privado que se ha desarrollado en paralelo a un proyecto de investigación centrado en el estudio de las viviendas tradicionales de los valles de Cabuerniga y Rionansa, Cantabria. Esta investigación tiene como finalidad dar respuesta a la demanda actual de vivienda con un lenguaje contemporáneo que nace del conocimiento y el estudio de los ejemplos vernáculos.
En este caso, la propiedad había adquirido un antiguo establo de una planta. A nivel constructivo la estructura se resolvía con un muro de mampostería en el perímetro y un pilar central de madera que daban apoyo a una cubierta de estructura de madera y teja cerámica.
En su fachada este, la solana daba respuesta a todas las necesidades de la actividades que allí se desarrollaban y desde ésta se organizaban accesos del ganado, o se almacenaban productos que requerían secado.
La propuesta desarrollada es en una operación basada en retirar la cubierta (en un estado de avanzado deterioro) y rehabilitar el muro de mampostería perimetral.
A partir de un estudio de los sistemas constructivos de la zona, se detecta que las fachadas se construyen con un entramado de madera de piezas verticales, entre las cuales aparecen ladrillos y revocos que van a completar la construcción de las fachadas. A partir de esta referencia se plantea recuperar de manera parcial este sistema constructivo. Se proyecta un entramado de madera, cuya sección se manipula para hacer las veces de lamas, dando respuesta a las necesidades en términos de privacidad. Esta solución ofrece una iluminación continuada del interior, y al mismo tiempo garantiza la privacidad, una tema a resolver dada su ubicación en un contexto urbano consolidado.
El recuso espacial de la solana se mantiene, pasando a tener una altura libre de dos plantas. Funciona como acceso a la vivienda y zona de porche. Se define como un recinto de transición que modela la exposición al entorno urbano.
Los carpinteros de la zona son los encargados de erigir la edificación y producir también las ventanas diseñadas para el proyecto.
En cuanto a la nueva estructura, dadas las limitaciones de la normativa y las necesidades de la propiedad, se opta por proyectar un forjado de canto mínimo. Para ello, se recupera una solución que se puede encontrar en diversas edificaciones de la zona; forjado de viguetas horizontales machihembradas. Para ello se incluye una estructura portante metálica, lo cual suple las necesidades planteadas y supone una mejor aprovechamiento de los recursos económicos.
Por último, se incluyen otros elementos típicos de la zona en clave contemporánea que pretenden poner en valor su utilidad en un nuevo contexto, donde las formas de uso y los modos de vida presentan definen nuevos retos.